Ver
jugando a la escondida en la esquina a los chicos de mí barrió, es una bocanada
de aire fresco, un aire que llega con alegría y nostalgia.
Nostalgia
de recordar cuando era uno. El que corría alocado a esconderse y luego a tocar
la piedra para salvarse o si eras el ultimo para salvarlos a todos.
Que utopía
esa que se tiene cuando se es chico de querer salvarlos a todos.
Alegría
de ver reflejado en la sonrisa de los chicos, que no importan los tiempos que
corran y lo difícil que sean, en ellas están representadas las esperanzas y las
ganas de luchar por un lugar mejor con más justicia social. Para que cada vez
más chicos puedan sonreír, corriendo a todo lo que da para tocar la piedra y salvar a sus compañeros, o
fastidiarse un poco porque fallo en el intento y ahora le toca contar y buscar.
Pero
lo que ellos no saben que jugando a ser chicos ya nos están salvando.
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